TEMA I: Atributos de la realidad: La realidad es

17.11.11

2. 1  LOS ATRIBUTOS DE LA REALIDAD
       Toda realidad, por el hecho de ser real, posee tres atributos:   
  • La realidad es 
  •  La realidad actúa
  •  La realidad vale

2.1.1  La realidad es

    Toda realidad es.  ¿Pero qué significa ser? Con la palabra ser aludimos a dos dimensiones reales, propias de toda realidad, constitutivas de la misma: La realidad es algo (oveja, pasto, yo, tú…) y este algo existe (oveja, pasto, yo, tú… estamos siendo, existiendo).  Probablemente, nos encontremos con muchas realidades que no sabemos qué realidad son; pero lo que sí es claro que sabemos que se trata de realidades que, por ser reales, son “algos” -como decía el físico Francisco Claro- “algos” que existen, que están siendo.

                Profundicemos sobre el algo que la realidad es de suyo.  Para ello, imaginemos que estamos ante una oveja pastando…

                Lo más importante del ser de una realidad es su esencia –la esencia de la oveja es su estructura genética- la que cumplirá dos funciones esenciales simultáneas: a) talidad y b) substantividad.  

a) La talidad es el poder esencial que constituye la realidad como tal; su qué es, su identificación como realidad-oveja y no-pasto, no-gato, no-yo, no-tú.  La esencia es la unidad básica estructural constitutiva de cada realidad, de tal modo que sin ella, no sería tal realidad; es lo que necesita para ser tal: la esencia no sólo es real sino que hace que esta realidad sea una realidad oveja. La esencia no es algo de la oveja,  es la oveja. La esencia, además de constituir la realidad, es su base principial, esto es, es principio de otras notas que posee tal realidad; notas que por emanar de la esencia, llamaremos “notas constitutivas derivadas” Con la palabra nota aludimos a todo aquello que forma parte de una realidad; ya como parte, característica o función. Así, de las notas esenciales de la oveja derivan- vía desarrollo- todas las notas que dan lugar a la forma, topografía, ubicación, disposición, relación y funcionamiento de sus órganos.  Y aquí insistimos en no confundir la realidad con la idea de ella; pues es claro que la esencia no es una idea sobre la realidad, no es la idea de oveja, sino la oveja misma.  La idea de oveja no bala, no pasta, no da leche...

                 Ahora bien, la realidad es… es “algo”, principalmente, su esencia y notas derivadas de la misma; pero no sólo esto es lo que “hay”, lo que pertenece a una realidad como parte de ella.  Pertenecen a la realidad, como parte de ella, las notas que describen una situación o estado de la misma, sin llegar a determinar su realidad tal.  Así, nuestra oveja puede ser una oveja recién gestada, recién nacida, cordero, morueco…, gorda, flaca, con vellón, esquilada; pero su esencia es la misma: es la misma oveja.  A estas notas no esenciales sino situacionales, llamaremos notas adventicias. En el caso nuestro, hay tantos cambios adventicios a lo largo de nuestra existencia que cuesta reconocernos.  Vemos la foto de cuando tenemos 1,  10, 15 años (yo podría seguir 30 años…) y nos vemos tan distintos: son nuestras notas adventicias pero, a través de ellas, en una zona más profunda somos nosotros, los de siempre… más allá de cualquier estado y decimos: soy yo.

       Einstein a los 2 años (1.881), 14 años (1893),  aproximadamente a los 25 años, a los 45 y finales de su vida en 1954.  Esencialmente es el mismo; sus notas adventicias, aunque conforman un todo con las notas esenciales y derivadas, no determinan su talidad ni substantividad
                                                                                             
b)  La substantividad es la autonomía entitativa, propia de cada la realidad – de esta realidad oveja- de tal forma que nuestra oveja es una realidad y no parte de otra realidad.  El corazón de la oveja, en cambio, no tiene substantividad pues es una parte de ella, que cumple una función. Tampoco el vellón, ni el color o grosor del vellón de esta oveja, poseen substantividad.  No confundamos, entonces, lo que es substantividad con lo que es sustancialidad o capacidad de ser sustancia. Las sustancias no tienen autonomía entitativa sino que forman parte de una realidad que sí la tieneEl pasto, tiene una esencia que le hace ser pasto, le define como tal y le otorga este carácter de ser una realidad tal y no parte de otra realidad; pero una vez comido por la oveja, pierde su esencia; deja de ser pasto, pierde su substantividad y pasa a ser una de las tantas sustancias que forman parte de la oveja. 

                De lo anterior se deduce que debemos distinguir entre cambios substantivos y cambios sustanciales. Esquilamos la oveja y esta sigue siendo oveja: no ha perdido su esencia (no ha perdido su talidad ni substantividad), sólo ha modificado su aspecto, sustancialmente. Sin embargo, lo que antes era parte de ella (una sustancia que llamábamos vellón) ahora, al extraerla, adquiere substantividad y llamamos lana.
                             
               
                  Otro ejemplo: Viene un puma y se come la oveja, provocando un cambio esencial-substantivo y otro sustancial.  Esencial por parte de la oveja que deja de ser realidad-oveja; sustancial por parte del puma quien luego de comida la oveja, pasa a tener más proteínas, triglicéridos, ácido úrico, glucosa, etc. La pérdida de la esencia, para una realidad, implica un cambio radical –esencial- un dejar de ser la realidad tal que era (perdió talidad y substantividad).  Dentro del organismo del puma es tan sólo sustancia, forma parte de la realidad-puma.  El puma al nutrirse de ratones, ratas, conejos, liebres, ovejas, hace que estos pierdan su esencia y dejen der una realidad tal, para pasar a ser parte de las miles de sustancias que él posee pero que tampoco lo definen. El puma es una realidad compuesta de millones de sustancias. 
                                                                                       
Un paréntesis de humor…
El pollito que no entiende
 los cambios esenciales:


        Así, nos encontramos en un Universo que está sufriendo constantes transformaciones esenciales y no esenciales (sustanciales).  Un incendio en nuestros bosques sureños, por ejemplo, provocará grandes transformaciones esenciales;  numerosas realidades dejarán de ser tales: araucaria, mañío, roble,  ulmos, coihues, laureles, canelo, guanaco, huemul, pudú, zorro, hurón, ñandú, reptiles,… etc., por la acción del fuego sobre ellos, pierden sus respectivas substantividades orgánicas, para degenerar en otras realidades (substantividades) de índole inorgánico: monóxido o dióxido de carbono, metano, óxido nitroso… Esto convierte la pregunta por la esencia en la pregunta por la existencia de cada realidad -también de la nuestra- y se constituye, por lo mismo, en una pregunta por el principio y final de cada existencia; pues, podemos asegurar: mientras mi esencia sea tal, yo seré yo…

                Mi esencia soy yo; tu esencia eres tú, más allá de cualquier modificación sustancial que sólo caracterizaría estados, más o menos prolongados; más o menos importantes.  No cabe duda, estar más o menos gordos o flacos, más o menos anémicos, tener el pelo más o menos largo, estar más o menos corto de vista hace referencia a cambios sustanciales que tampoco aparecen de la misma importancia ¿Qué prefieres, perder la vista o la movilidad de piernas o la capacidad mental? ¿De qué dependerá la importancia de estos estados? ¿Es este tipo de cambio sustancial orgánico el que más nos preocupa? ¿Nosotros, las personas humanas, sufrimos otro tipo de cambios que, aunque no esenciales, son más importantes que las transformaciones orgánicas?  “¡Cuán cambiado estas…!”, decimos a quien antes, reconocido por su irresponsabilidad, desidia, ahora aparece todo lo contrario.  En otras ocasiones escuchamos a alguien exclamar: “Tengo que superar esta pena que me consume” o “No podía descubrir mi vocación, ahora sí; estoy feliz”, “¡Me enamoré; me desenamoré!”  Somos una realidad compleja; tanto, que la discusión sobre cuál es nuestra esencia persiste por siglos… ¿Nuestra esencia- que nos hacer ser tales y otorga substantividad, es la estructura del gen humano o es de índole espiritual? ¿Somos cuerpo o tenemos cuerpo? ¿En otras palabras, dado que con la muerte mi cuerpo sufre una transformación esencial, dejo de ser yo? O ¿mi esencia es espiritual, por lo tanto la muerte no nos afecta esencialmente (ni nuestra talidad, ni substantividad) sino que sólo afecta un cambio de estado, de situación, por lo que podemos asegurar que, más allá de esta vida, seguimos existiendo?  Todas estas preguntas, forman parte de las interrogantes de una antropología y axiología, a tratar en la UNIDAD II: Antropología y Axiología de la Educación.

                Hasta aquí, hemos aclarado que la realidad es algo, principalmente su esencia, principio de otras notas que llamamos constitutivas derivadas.  Además, configuran el algo de la realidad, las llamadas notas adventicias que no determinan su ser esencial, sino un estado o situación… Dejemos el “es algo” hasta aquí, para ir al “es algo existiendo”, intentando conceptualizar (hacernos una idea) el existir: No sólo debemos ser (alguien) personas sino existir como tales. (Se usa el algo para las realidades no personales y el alguien para las realidades personales.)

                La realidad es algo (alguien) que existe: La realidad es oveja, cobre, persona,… Pues bien, la realidad no tiene problemas esenciales, pues cada realidad se encuentra siendo esencialmente lo que es - oveja, cobre, persona y no por propio esfuerzo.  La esencia no es problema, en cuanto ninguna realidad se dio a sí misma la esencia: la uva se encontró siendo uva, el perro se encontró siendo perro y nosotros nos encontramos siendo cada uno una realidad-persona.  Sí, la esencia nos es dada esencialmente en acto; pero lo que somos debemos seguir existiéndolo, en un juego (interacción con las demás realidades y con el todo que es el universo; por lo demás, la esencia es lo principal y sustento de toda realidad; pero no sólo somos esencia. La esencia es lo que realmente nos constituye como tales; pero también poseemos las notas adicionales que tienen sus propias potencialidades y no siempre las existimos a favor de quien somos; sino en contra de nuestro propio ser esencial… Así, siendo personas, actuamos “como si” fuésemos animales… No tenemos poder sobre nuestra esencia, por lo cual mientras existamos seremos personas; sólo que “inhumanos”. Sólo el ser humano puede existir en forma inhumana; no podemos llamarle inhumano al puma que se come al cordero.  Existir, saber existir, es problemático; es el problema de ser el que se es y se debe ser; más aún cuando es evidente que nos encontramos entre las realidades que tienen y causan mayores problemas existenciales.

                Pues bien, hay existencias más o menos complicadas, dependiendo de si esas existencias están más o menos predeterminadas por su esencia y por la acción de otras realidades: El peral, por ejemplo,  es peral, tiene esencia de peral y su existencia consiste es su desarrollo natural, espontáneo -no voluntario ni intencional- predeterminado por su esencia orgánica y en juego con factores externos, ambientales...  Los mayores problemas que puede tener su existencia es de desarrollo orgánico y esos problemas no dependen de su intención o voluntad; sus problemas no son producto de un error de opción, sino que emanan de la acción de fuerzas provenientes de otras realidades como las inclemencias climáticas, plagas o el ser humano que decide derribarlo o quemarlo, terminando incluso con su esencia y existencia tal.  Es evidente que es la realidad –humana, tal como dijimos, quien no sólo tiene mayores problemas existenciales sino quien también los causa: contamina aires, aguas y suelos, extermina especies, siembra sin preocuparse del equilibrio ecológico, consume nicotina, alcohol y todo tipo de drogas que sabe le dañan; unos pocos ocupan grandes extensiones para vivir e inventamos y usamos medios no naturales para existir -el avión para volar más alto y rápido que cualquier ave, el vehículo para correr más veloz que el lince, el teléfono para interconectarse en forma inmediata, superando tiempos y distancias, máquinas para derribar montañas y acortar caminos, fabricamos olores artificiales, microscopios, observadores satelitales, calendarios y horarios, dinero, aparatos para hacer fuego a voluntad… etc.  A diferencia de las otras realidades, orgánicas o inorgánicas, nuestra existencia es abierta, esto es, no determinada, libre: debemos optar constantemente qué hacer, con nosotros y con lo y los demás.  Debido a ello, nuestra existencia se nos complica; debemos optar cómo existir y podemos errar, pues nuestras posibilidades son múltiples y de  nosotros dependen que sean más.  Esta opción en la forma de existir, es tal, que trasciende (va más allá, supera) cualquier límite natural; tanto positiva como negativamente.  Alguien inventa la bomba atómica y alguien da la orden de activarla… otros nacen con discapacidades y hacen los que otros con más potencialidades naturales no realizan.  Sí, no sólo somos los mayores creadores de problemas sino los mayores solucionadores.

                                                Pues bien, la existencia al no ser dada hecha, es otorgada en gran parte en potencia. Tenemos entonces, que existen dos formas de existir: Existencia en potencia y existencia en acto.  La potencia es una forma de existencia; tal como lo dice la palabra, es la existencia como fuerza, poder, capacidad, posibilidad.  En el ser humano recién gestado está en potencia el caminar, bailar, jugar, reír, escribir un poema, descubrir una galaxia, salvar o destruir a gran parte de la humanidad…  La existencia en potencia es real, no la confundamos con la no existencia que no es real, no es algo, no existe.  En un gato, por ejemplo, no está en potencia ser un gran pianista, por eso nunca encontraremos a un gato amargado porque no puede realizarse componiendo música; sí encontraremos personas que luchan por estudiar para ser el gran pianista, pues, realmente ya lo son; sólo que lo existen en potencia.  En potencia somos grandes personas, porque nuestra esencia lo es; pero hay que descubrir y realizar esas potencias; existirlas en acto (actualizarlas) cuando aún es tiempo, pues muchas de esas potencialidades están condicionadas por notas adventicias de nuestra realidad: a los 60 años es demasiado tarde para actualizar recién las potencialidades que nos habrían permitido ser grandes bailarines clásicos.  Por otra parte, actualizar ciertas potencialidades, puede implicar la disminución de otras: quien se dedica a ejercitar  boxeo, debilitará la motricidad fina que se requiere para ser un gran joyero o médico cirujano. 

                En el caso de las realidades inorgánicas, hay una serie de potencialidades que se van activando (actualizando), dependiendo de las acciones de una realidad sobre otra. Por ejemplo, el metal plomo, tiene en potencia una gran elasticidad que se actualiza, dependiendo de las temperaturas del ambiente que, entonces, distiende o extiende sus átomos.  Igualmente los organismos – vegetales, fungis, bacterias, animales- tal como hemos dicho, tienen una serie de potencialidades orgánicas, naturales.  En la semilla de ciruelo está su ser entero, sólo que en potencia actualizándose: sus raíces, tronco, ramas, flor, fruto… sus procesos alimenticios, con todas las potencialidades y actualizaciones constantes en juego; las potencialidades para captar sus nutrientes, transformarlo, distribuirlos a todas las células y eliminar las sustancias de desecho; las potencialidades para dirigir sus hojas hacia el sol o las raíces hacia la tierra y el tallo hacia las alturas, las posibilidades de cerrar y abrir sus flores; sus  potencialidades reproductivas…  Toda esta existencia orgánica predeterminada por su esencia orgánica que encierra en sí estas notas derivadas que se van actualizando en el juego con el ambiente; pero en forma no intencional…  Dejemos hasta aquí este tema de gran importancia para entender la educación, para tratarlo más adelante.  Sólo digamos que minerales, vegetales y animales son inocentes… usted y yo: no.  Somos responsables de lo que decidimos hacer y no hacer; de nuestros cometidos y de nuestras omisiones y sus consecuencias.   Vamos a otro de los atributos de la realidad. La realidad actúa… Pero antes, un esquema para que tengan presente la estructura de la realidad, de acuerdo con sus atributos…









CONCEPTUALIZACIÓN FUNDAMENTAL

  • Ser
  • Esencia, Talidad y Substantividad
  • Substantividad a diferencia de sustancialidad
  • Esencia a diferencia de “notas constitutivas derivadas”
  • “Existencia en potencia” a diferencia de “no existencia” y de “existencia en acto”
  • Notas adventicias
  • Diferencia entre cambios substantivos y cambios sustanciales
  • Relación entre esencia, notas adventicias y existencia
  • ¿Problemas esenciales y/o existenciales?
  • Realidades cuya existencia está predeterminada y realidades cuya existencia es abierta o libre




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