La actuación es un atributo de la realidad; por lo tanto, toda realidad actúa: Si Dios, tú, yo, sistemas solares no conocidos, etc. son reales, actúan, independientemente del conocimiento que tengamos de ellos. Aquí recurro a Zubiri, quien expresa: “Es realidad todo y sólo aquello que actúa sobre las demás cosas o sobre sí mismo en virtud, formalmente, de las notas que posee” (Sobre la esencia. Ed. Soc. de Estudios y Publicaciones, Madrid 1962, pág. 104). Reflexionemos a partir de estas palabras:
Lo primero que debemos decir es que la realidad actúa “formalmente” en virtud de las notas que posee: Al decir formalmente, Zubiri se refiere a que la realidad actúa en cuanto realidad…; esto es, no en cuanto el sentido que nosotros le demos, sino en virtud de las notas reales que de suyo posee. Ejemplo: Durante un sismo, desde una estantería caen porta vasos de cuarzo y corcho -de la misma forma, tamaño y altura- sobre las cabezas de las personas que allí se encuentran… La actuación de estas realidades que caen, será diferente, de acuerdo con las notas reales que los constituyen como una realidad de suyo corcho y cuarzo y no de acuerdo con el sentido de porta vasos que les hemos adjudicado. Así, el fuego actuará de la misma manera sobre los billetes, tengan para nosotros el sentido de mil o veinte mil pesos: se trata de la actuación de las notas reales del fuego y de la celulosa. La puerta de hierro se oxida, no porque sea puerta sino porque es hierro y el agua actúa sobre él provocando su oxidación. Llamemos –nosotros- a esta actuación de la realidad “actuación real”.
Lo segundo que debemos tener presente es esta doble actuación de la realidad: sobre sí y sobre lo demás: En una molécula de agua hay una serie de actuaciones internas entre los átomos de Hidrógeno y el átomo de Oxígeno; fuerzas de atracción mantienen esa cohesión que da lugar a la molécula de agua. El agua, a su vez, actúa disolviendo sales, azúcares, proteínas… Al mismo tiempo, sobre ella actúa la temperatura la que, en casos extremos, la solidifica o evapora, dando lugar a diversos estados pero sin perder su esencia. La actuación del agua sobre los organismos vivientes es importantísima, posibilitando la replicación de ADN, actuando en el metabolismo, en la fotosíntesis, la respiración celular, etc. Fuerzas gravitacionales, electromagnéticas, nucleares, radiaciones; mezclas, fusiones, ente otras, forman parte del universo interactuante de las realidades materiales que estudian biólogos, químicos, físicos y astrónomos. Ahora bien, mientras más ascendemos en la complejidad de las realidades que conforman nuestro Universo, más complejo se vuelve este universo interactivo. Así, si consideramos las realidades vivientes, surge la actuación propia de las notas de las realidades orgánicas. Reproducción, desarrollo, crecimiento, nutrición, sensaciones, reflejo…. La lombriz de tierra, por ejemplo, remueve la tierra, ingiriendo partículas de suelo y digiriendo los restos orgánicos; para alimentarse, arrastra hojas al interior de la tierra… Con su actuación forma especies de túneles subterráneos que remueven, airean y enriquecen el suelo, provocando el ascenso del fósforo y potasio que se encontraban en el subsuelo y expulsando sus propios desechos nitrogenados... Con el paso del tiempo, propio de todo ser viviente es la degeneración y pérdida de su substantividad para transformarse en realidades más o menos simples: moléculas pequeñas, grasas y ceras, polisacáridos, sustancias húmicas, enzimas y la biomasa de microorganismos de origen vegetal y animal…
Estimados alumnos: La idea no es que para entender lo que es la realidad de suyo, tengan que de inmediato profundizar sus conocimientos de química, física, biología, química orgánica, biofísica, física cuántica, astrofísica, etc. La finalidad del tratamiento ontológico que estamos haciendo de la realidad es tener presente que: 1º El filosofar no es un juego de elucubraciones o palabras bonitas, lejanas a la realidad: Eso es demagogia, opiniología o charlatanería. 2º La realidad, cada realidad y el todo real – el Universo- es complejo, actuante; pleno de transformaciones. 3º El científico, por amor al Universo, se dedica a su descubrimiento, distinguiendo lo esencial de lo no esencial, las actuaciones y sus consecuencias interactivas… 4º El sabio sabe cuánto no sabe y, por lo mismo, es siempre humilde; no se envanece y disfruta del camino del descubrimiento. 5º Mientras más avanzamos en el descubrimiento de la realidad, mayor es nuestra conciencia sobre la complejidad del Universo y de cada realidad; sobre todo, de la nuestra. Percibimos un Universo infinito, lleno de misterios. Entonces, admiramos la inmensidad de ese Universo micro y macroscópico, nos asombramos y, sobrecogidos, agradecemos nuestra existencia, en el centro de la inmensidad… 6º Disfruten el ser universitario y ser estudiante, no todos tienen la vocación o no todos los que la tienen, han podido darse la oportunidad de realizarse como tal… 7º Sigamos con la realidad y su actuar…
La realidad actúa, sobre lo demás y sobre sí misma. La actuación de la esencia da lugar a notas derivadas. A modo de ejemplo, destaquemos la actuación de la célula genética –morfogénesis- que a través del desarrollo da lugar a la forma de un organismo completo. En el caso de los organismos pluricelulares, esto conlleva a una serie de actuaciones derivadas esenciales de partición, diferenciación y crecimiento celular, organogénesis… Producto de esta actuación, en los animales superiores, aparece un sistema nervioso que actúa respondiendo a la realidad en cuanto estimúlica. Mientras más perfecto es este sistema, la realidad orgánica tendrá más posibilidades de recepción estimúlica y respuesta; lo que le permitirá un mayor poder y dominio sobre el medio. Así, si pinchamos una babosa, ésta arrancará; pero si la llamo o pongo música, le enciendo la luz, no tendrá reacción alguna. Si pinchamos un gato o perro, le ponemos música, llamamos o encendemos la luz, ellos sí reaccionarán ante esos estímulos; ya alejándose, ya acercándose, arañando, mordiendo o jugando.
Ahora bien ¿Si la realidad actúa sobre sí y lo demás, en virtud de las notas reales que posee, qué acontece con la actuación de nuestra realidad “persona humana”? Ante esta pregunta tendremos dos respuestas esencialmente distintas. Para quienes afirman que nuestra esencia es de índole orgánica, la complejidad y mayor posibilidad de respuestas a estímulos, vendrá dada (al igual que en los animales) por nuestro desarrollo ontogenético (desarrollo de cada uno), lo que se expresará en un sistema nervioso más perfecto que da lugar a un cerebro hiperformalizado, esto es, capaz de realizar análisis y relaciones más complejas que las que desarrolla cualquier otro animal. Así, comparados con el mono o el delfín, nuestra gama de estímulos y respuestas a los mismos será mayor que la de ellos. De acuerdo con esta afirmación: Somos un animal más de la escala zoológica. ¿Pero nuestra esencia es orgánica? Si una realidad es esencialmente orgánica, su actuación deberá ser de la misma índole y calidad que las notas reales de las que procede: De hecho, los biólogos saben que cualquier cambio en la actuación de un ser viviente es causado por la acción del ambiente y la necesidad de adaptación a éste, lo que implicará un cambio orgánico, su emigración o extinción. Así, cada especie animal actúa en un juego de adaptación natural organismo – ambiente, esto es, naturaleza- naturaleza; sin artificios que intermedien: sin estufas o ventiladores, sin cemento, aceros, cableados o conservadores de alimento…
Realidad personal – Realidad animal… La realidad actúa de acuerdo con las notas reales que posee…
¿Nosotros? He aquí la otra respuesta: La realidad persona humana –yo, tú- tiene, posee un cuerpo que al igual que todo organismo viviente reacciona a estímulos y nuestro cerebro (ya lo dijimos) nos permite una serie de análisis pero… no tenemos la mejor capacidad auditiva, ni visual, ni olfativa, ni kinestésica, ni fuerza…. Sin embargo, creamos el teléfono, estetoscopio, telescopio, microscopio, scanner, automóvil, submarinos, satélites… Creamos insulina artificial, se experimenta en la fusión nuclear, se intenta desentrañar el origen de la realidad materia desde la “materia invisible”, creando un espectacular laboratorio y su máquina Gran Colisionador de Hadrones; llamada por algunos la máquina de Dios… También hacemos poemas, sentimos la vocación de educar, amamos, danzamos, rezamos, tenemos símbolos… Teniendo nuestros cuerpos la misma naturaleza orgánica, damos respuestas tan diversas, que no tenemos idea de quién vive tras una casa.
Nuestra realidad humana corta con la naturaleza… Sí, le estimula lo estimúlico pero a diferencia del animal, nosotros inteligimos el estímulo, lo aprehendemos como realidad; es decir, somos conscientes de que no sólo siento ese olor a rosas sino que las rosas son reales; es más, primero sé que son reales y luego me pregunto qué realidad es, cómo es, qué sentido puedo darle en mi existencia… y elijo qué hacer ante ella: ¿Me dedico a estudiarla? ¿Cómo biólogo, botánico o como agricultor? ¿Me dedico a comercializarla? ¿La manipulo genéticamente para obtener rosas azules o simplemente las tiño? ¿La regalo como muestra de afecto? ¿La uso como inspiración para un cuadro, que pinto con óleo, acuarela o carboncillo? Las opciones son muchas… debo decidir cómo actuar. En cada segundo debo decidir qué hacer de mi existencia... Mis actuaciones no responden a mis capacidades orgánicas; es más, muchas veces atentan contra ellas: fumo, bebo alcohol, fabrico alimentos con altos grados de triglicéridos, invento bombas atómicas y bacteriológicas… ¿Qué realidad somos? ¿Cómo explicar todas las contradicciones de nuestros actos? ¿Por qué y para qué tenemos todas estas potencialidades que no tiene ninguna otra realidad orgánica o inorgánica; por qué y para qué somos conscientes de la realidad, de la vida y de la muerte?
Una esencia no material – espíritu o “algo”- actúa sobre nuestro organismo y le pide que dance, estudie, haga deporte, supere las discapacidades orgánicas, cultive la naturaleza, ame, entienda, cree… Pero toda realidad actúa y el cuerpo es real y actúa sobre el organismo y le pide descanso, comer, placer. De la actuación del espíritu sobre el cuerpo y de éste sobre el espíritu, emerge la actuación poética o la destructiva, el beso de ternura, el beso de pasión y el beso de la traición, el abrazo protector y el acto violador, la responsabilidad ante nuestros actos y sus consecuencias o la evasión y la mentira irresponsables…
Si nuestra esencia es de índole espiritual, el cuerpo es una nota adventicia orgánica: Estamos incorporados, tenemos cuerpo pero no somos cuerpo; no somos animales sino personas. Estamos incorporados; hoy, aquí… Mañana… un misterio. Pero hoy, el espíritu que somos actúa sobre nuestro cuerpo y lo espiritualiza; entonces ya no actúa como cuerpo sino como corporalidad… El cuerpo que tenemos actúa sobre el espíritu que somos y lo corporaliza; entonces actúa como alma… Es lo que llamamos combinación funcional, esto es, una interacción entre realidades diversas, de las cuales emanan notas que no son propias ni de una ni de otra, sino de la combinación. Si fuéramos sólo espíritu no necesitaríamos una mesa y sillas para sentarnos y conversar en familia o con los amigos; si fuéramos sólo cuerpo, tampoco las necesitaríamos, pues nos echaríamos y no para conversar con la familia o los amigos. Existencia compleja; libertad que por ser tal debe ser responsable y prudente; pues corremos el riego de la decisión errada. Si nuestra esencia es de índole espiritual, nuestra talidad y substantividad trascienden la naturaleza; entonces, ni la gestación, ni la muerte del cuerpo, nos afecta… Nuestro origen esencial y nuestro destino son un misterio, cuya respuesta está más allá de lo visible, más allá del laboratorio… Mientras mi esencia exista, yo existo… La vida es tan sólo una forma de existencia a la cual se opone la muerte; pero el plomo existe y no es una realidad viviente….
Si somos de índole espiritual en estado incorporado, esta es una etapa de nuestra existencia que trasciende la vida y la muerte. Si nuestra esencia es un gen en desarrollo y nada más, nuestra talidad y substantividad existen en un tránsito del útero al sepulcro.
Otra explicación necesaria: La realidad actúa y actúa de acuerdo a lo que formalmente es… pero si la realidad actúa es porque “ya” es real: Si el manzano se nutre es porque ya es real, si el perro olfatea es porque ya es perro. No podría olfatear si antes no es perro… Toda acción se sustenta, emerge de una realidad; la acción por sí misma no tiene substantividad, siempre es la acción de… Por ello, la actuación de una realidad es real pero le pertenece a ella, vinculándola con el Universo, haciéndola presente en toda su integridad real… (Es problema nuestro si no logramos captarla en toda su integridad). Entonces, se deduce de lo expuesto que no es la actuación la que hace que la realidad sea real; sino inversamente: “porque la realidad ya es real, actúa”…. Amamos, nos educamos, pensamos, sentimos, tememos…. Pero todo ello es posible porque ya somos la realidad que somos. De repente escuchamos que alguien dice “Edúcate para que seas persona”. Es al revés: Porque eres persona, edúcate, ama… Somos personas amantes, sabias, educables… Lo somos por la actuación de la esencia pero tenemos que existir nuestra esencia y ello implica actualizar una serie de potencialidades que derivan de la combinación funcional. La actuación de la realidad sobre ella y sobre los demás, nos permite conocerla, saber de su existencia: pero –insisto- no es el saber de ella lo que la hace real.
Por último, y como una complejidad más nuestra: Dijimos que la realidad actúa sobre sí y sobre lo demás, formalmente, en cuanto realidad y no en cuanto el sentido que convenimos en darle. Efectivamente es así; pero nosotros “personalizamos la realidad” y a una misma realidad le damos el sentido de anillo de compromiso, objeto de comercialización o recuerdo y actuamos conforme ese sentido que le dimos. Es más, ideamos fantasías y lloramos porque, en ellas, la niña mató al buen dragón que había criado pero que después de no ver por un tiempo, ya crecido, no reconoció… Actuamos otorgando un sentido a la realidad, a veces sólo personal e íntimo; otras, comunicado y consensuado por todos o la mayoría. Si desaparecieran todos los seres humanos de la faz de la tierra, sólo quedarían las realidades actuando como tales: Sólo somos nosotros quienes necesitamos e ideamos sentidos ante los cuales reaccionamos y a los cuales, fuera del laboratorio o de la reflexión filosófica y científica, damos más importancia que a la realidad misma, pues la simbolizan, invocan... Entonces el ser humano, prefiere morir a arriar la bandera, acusa de sacrilegio a quien pisotea la cruz y guarda, como mayor tesoro, su baúl de recuerdos.
Nuestras actuaciones dan lugar a obras (realidades con sentido socio cultural): esculturas, templos, hospitales, leyes, tribunales, bombas, música, ropa, empresa, jardines, películas, juguetes, libros, dinero; organizaciones sociales, militares, religiosas, laborales, educacionales… Compleja existencia que requiere de la educación; precisamente porque nuestra respuesta no está predeterminada por nuestra organicidad
CONCEPTUALIZACIÓN FUNDAMENTAL
- La realidad actúa “formalmente”
- Explicación e importancia de la actuación de la realidad “sobre sí”
- La combinación funcional
- Explicación e importancia de la actuación de la realidad “sobre lo demás”
- La actuación como una forma de conocer la realidad que “ya” es real
- Diferencia de la actuación de la realidad, si su esencia es orgánica o si es espiritual
- La actuación de lo real, del sentido real y de lo arreal, en el ser humano
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